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Estamos bien hasta ahí; ahora, agréguenle un viajecito a Boca Chica o a un campo, para pasarse 4 días.
La intención particular es significativa, La semana mayor podemos utilizarla en diferentes versiones:
1.- Vamos en conjunto para la iglesia, celebrando las misas correspondientes de lugar (Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo, Domingo de Resurreción), buscamos la reflexión y un momento de paz en medio de la eterna jornada de la vida.
Somos un país eminentemente católico, no vacilamos en ir los domingos a misa para agradecer a Dios o hacerle una petición por nosotros mismos o nuestros seres queridos; Mi fe se basa en creer sin necesidad de ver, no quiero contrariar la incredulidad de Santo Tomás cuando quería (sin intención alguna) tocar los flagelos de nuestro Señor Jesucristo, simplemente soy de los que se basa en mantenerla sin dar vuelta atrás y seguir firme en mi propósito mientras hago mis peticiones al barbudo. La misa del Sábado Santo es una experiencia a flor de piel, luego del velatorio colectivo de la crucifixión, sientes júbilo por la resurrección.
2.- Nos tiramos para la playa o pal campo, colectivamente por un par de días.
Jueves a las 12 del mediodía, se acaba la jornada de trabajo hasta el lunes. Uno chillin en su casa hasta que llegue el viernes por la mañana. Se hacen los contactos de lugar, nos juntamos en la casa de fulano o en la carretera, para darle en ruta a la playa o al campo. En el caso de la playa, no va a faltar el caldero de los spaghettis, los litros de romo, par de bigleaguers, los CDs de bachata, reggaeton y mambo, los utensilios de playa y los innumerables bultos de ropa. Ah! eso sí, una plegaria al momento de coger carretera, nunca falta. Si es para el campo, es un proceso similar, le agregamos un "STOP" en el paradero de la ruta, nos compramos queso de hoja con galletas de ajo o nos damos una jartura de picalonga con fritos engrasados, hay que llevarse un dulce de guayaba, si todavía el hambre pica nos damos una batata asada, Al llegar al pueblo hay que llevarle algo a la gente de allá que nos están esperando con el calderazo de locrio o habichuelas con dulce, hacemos hora para ir al río y en la noche rodamos por algunos parajes a ver que se moviliza, si hay una fiesta a golpe de bachatas, cerveza y ligar el polvo con una campechana... El domingo a recoger y volver para la capital con la resaca y el cansancio en-cima...100.
Misceláneos:
Si te quedas en tu casa en esta semana, te tienes que chupar las multirepetidas veces que ponen las películas cristianas, salvo que tengas cable o satélite.
La ciudad está vacía el viernes, si quieres puedes caminar kilómetros para ejercitarte en la avenida.
Cuando vas al campo, nunca faltará que te lleves unos víveres o una gallina ponedora para tu viaje de regreso.
En la playa va todo el mundo con energía, cuando se van están todos explotados, llenos de arena y quemados por el sol... y durmiendo.
Las actividades de la Iglesia varían dependiendo lo que se conmemore. Por ejemplo, en Jueves Santo se hace una réplica al lavatorio de los pies como lo hizo Jesús a sus discípulos, una previa a la Santa Cena.
La radio y la TV local en el pasado era 24/7 con boletines informativos de la Defensa Civil y demás organizaciones. Actualmente se le agregó el concepto de baladas a la jornada.
Es una costumbre escuchar los accidentes de tránsito en semana santa.
La primera prioridad de la Defensa Civil es cerrar los balnearios y sitios NO aptos para bañarse.
El Domingo las autopistas son un hervidero a las 4:00 pm.
...
Hay más, pero para concluir, La semana santa para el buen dominicano tiene sus dos lados: P de playa o I de iglesia. Chúpese usted y déjeme el cabo.
