Sábado 7 de agosto de 2010, 5.25 PM: Ahí empieza nuestra historia. Recuerdo como nunca cómo me recibiste, una sonrisa, un beso y un abrazo. Empezamos nuestra conversación, introduciendo uno al otro y viceversa. Mientras las agujas del reloj marcaban el tiempo, un poder divino se apoderó de nosotros. Sin que nos diéramos cuenta en el último momento, nuestras almas se estaban descubriendo. Parece ser que fue instantáneo, pero estábamos hechos a la medida. Y desde el primer beso, inicia nuestra vida juntos...
Antes de conocerte, mi vida amorosa estaba como una ruleta rusa. Me sentía en un camino sin retorno, sentía en ese momento que no me importaba el mundo, pese a estar solo. Aunque me llenaba de ego y orgullo a la vez, estaba vacío. Me hacía falta esa media mitad que tanto añoraba, esa mitad con la siempre me imaginaba queriendo compartir, experimentar, amar. Aunque me siento querido por los míos, siempre estaba ese espacio vacío. El espacio que muchas no han podido llenar: ocupar un lugar en mi corazón.
Pero llegaste tú. No fue un telegrama, una carta, un mensaje de celular o un e-mail. Dios me enseñó y me condujo en el camino hacia tí. Desde el primer momento, me di cuenta que eras la indicada en llenar el espacio vacío, en acompañar ese lugar en mi corazón que reservé para tí. No lo notamos desde un principio, pero quedamos hechizados instantáneamente. Ahora, mi vida cambió contigo; cuando estaba ahogado en penas, te convertiste en mi fuente de alegrías. Cuando reflejaba mi tristeza, ahora expando mi emoción de ser feliz.
Ante todo, quiero decirte una palabra. Gracias. Gracias porque has dado un giro en mi vida espectacular. Me ayudaste a volver a creer en el amor que casi abandono a su suerte. Gracias a Dios le doy porque nos puso en el camino para crecer y expandirnos juntos. Y a tí te digo, Gracias... por existir.
Te amo, mi japonesita bella!!!!! :D